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En otoño, practica el envejecimiento activo

Después del verano y de un cambio de rutinas para adaptarnos a los días más calurosos, llega el otoño. Este es un buen momento para ponernos en marcha y reemprender las actividades que dejamos aparcadas por culpa de las altas temperaturas, así como para empezar cosas nuevas. 
Hay un gran número de actividades que aporta a las personas mayores claros beneficios para la salud física o emocional: mejoran la condición física, favorecen las relaciones sociales, ayudan a mantener unos hábitos saludables o simplemente consiguen que lo pasemos muy bien,

Actividad física para personas mayores: un mundo de posibilidades

Conforme vamos envejeciendo, es muy importante mantener un nivel de fuerza y de masa muscular óptimo, para evitar caídas que provocan fracturas. El otoño es una buena época para ponernos algunos objetivos que mejoren nuestra salud. Podemos empezar para reservar un rato del día para hacer ejercicio físico. Con la actividad física y el trabajo de fuerza muscular y de impacto se puede mejorar la osteoporosis (degeneración ósea muscular). Y se puede hacer ejercicio físico disfrutando activamente del ocio realizando actividades como la petanca, el taichí, la marcha nórdica, el yoga o el baile.

Las relaciones sociales y las personas mayores: ¡la mejor medicina!

  • Centros cívicos

Participar de actividades en un Centro Cívico para personas mayores también es una buena opción, puesto que son puntos de encuentro y relación, donde se participa de la vida en comunidad, en el barrio o pueblo, enriqueciendo, así, las relaciones sociales. No tenemos que olvidar que una vida social llena es esencial para mantener un buen estado de ánimo y una actitud positiva ante la vida.

En un Centro cívico se puede disfrutar de varias actividades orientadas a fomentar la participación social y las relaciones intergeneracionales dirigidas a promover la salud.
También se puede disfrutar de cursos de formación y promoción del uso de las nuevas tecnologías, que ayudan, a su vez, a mantener el cerebro activo y prevenir el deterioro cognitivo.

  • Centros de día

Los Centros de día son otra alternativa para activarnos y evitar el aislamiento y la soledad cuando envejecemos. Se trata de una opción ideal para aquellas personas mayores que quieren compartir momentos de tertulia y tener relaciones sociales de día pero que prefieren continuar viviendo en casa y mantenerse integrados y vinculados a su entorno familiar y social. Estos centros están pensados para atender las necesidades de actividad física, intelectual y de ocio de la mejor manera posible, y para aquellas personas a quienes les resulta difícil llenar la agenda y escoger qué actividades quieren realizar. 

  • Café y tertulia

Otra manera de activarnos después de las vacaciones de verano es disfrutar y participar de una tertulia, puesto que permite fomentar la amistad, estrechar las relaciones sociales y también enriquecer la cultura de los asistentes. Las tertulias literarias, por ejemplo, suponen un aprendizaje cultural, donde varias personas intercambian impresiones, encuentran sentido a los textos que leen y aportan sus opiniones. Así, pues, son una buena opción para mantener activa la mente de las personas mayores. Hay cafeterías que organizan tertulias, espacios donde te puedes sentar un rato a compartir un café o infusión y en el que puedes exponer ideas y opiniones, y dejarte llevar.

  • Participar en un voluntariado o banco del tiempo

Las personas que disfrutan de la jubilación o de una vejez activa pueden aportar su experiencia y conocimiento a través de un voluntariado, convirtiéndose en un recurso social para la comunidad. De este modo, las personas mayores mantienen la satisfacción personal derivada del trabajo y de la actividad a través del voluntariado.
Una de las mayores inquietudes de la tercera edad es la necesidad de sentirse útiles en la sociedad. A través del voluntariado, se enriquece la vida de las personas que se benefician de ello, pero, sobre todo, se enriquece la autoestima de las personas que lo realizan.
Otra manera de mantenerse activo es participar en los los denominados bancos de tiempo, espacios donde puedes intercambiar habilidades, conocimientos y servicios puntuales, como por ejemplo, acompañamientos en tareas de varios tipos, además de ser un espacio de sociabilidad. Se establece aquí una relación en la que todo el mundo gana.