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4 consejos para afrontar las bajas temperaturas

El frío suele tener consecuencias adversas para la salud de todos. Las bajas temperaturas facilitan la aparición o el agravamiento de algunas enfermedades, al tiempo que conllevan otros riesgos, como caídas fuera de casa, en el caso de suelos deslizantes por la nieve o el hielo. Las personas más vulnerables son, como siempre, las personas mayores y los bebés, así como aquellas que ya padecen enfermedades crónicas.

A continuación presentamos una serie de consejos que pueden ayudar a prevenir las consecuencias adversas del frío en las personas mayores.

1. Protéjase del frío

Una de las consecuencias del envejecimiento es que el organismo pierde calor con facilidad y tiene más dificultades para generar calor. Una protección inadecuada para enfrentarse al frío podría llegar a producir un cuadro grave, la hipotermia, que puede llegar a ser mortal. Es muy importante que se proteja del frío, tanto en el exterior como dentro de casa.

Fuera de casa tenemos que abrigar bien los pies (calcetines de lana, calzado adecuado) y el cuello; unos buenos abrigos resistentes al frío y la humedad también irán muy bien, así como ropa interior térmica que ayude a mantener el calor del cuerpo. Es mejor llevar varias capas de ropa, que solo una o dos, ya que así le será más fácil adaptarse a los cambios de temperatura, añadiendo o quitando capas.

Y también abríguese bien la cabeza con un gorro o una capucha, ya que por la cabeza se escapa ¡la cuarta parte del calor corporal!

Evite permanecer en el exterior si hace mucho frío. Si tiembla es que tiene demasiado frío. No se quede quieto y manténgase seco, ya que la ropa mojada enfría el cuerpo rápidamente.

Dentro de casa, abríguese lo suficiente. En el hogar es importante contar con buenas medidas de aislamiento que eviten las fugas de calor y una calefacción que nos permita tener la temperatura en aproximadamente 21º.

Una residente del Centro Geriátrico Maria Gay de Girona contempla cómo nieva desde la ventana

Una persona residente del Centre Geriàtric Maria Gay de Girona.

2. Coma e hidrátese bien, sobre todo cuando hace frío

Los alimentos también pueden ser una fuente de calor para nuestro organismo. Aumente el consumo de alimentos que contengan hidratos de carbono y proteínas, ya que proporcionan energía. Las legumbres son ideales para el frío.

En invierno generalmente se tiene menos sed, pero es importante hidratarse ingiriendo suficientes líquidos. Así pues, las sopas y cremas calientes, los caldos y las bebidas calientes como infusiones o una taza de leche caliente, son lo mejor. En cambio, evite el alcohol cuando esté expuesto al frío: el alcohol produce una falsa sensación de calor por la dilatación de los vasos sanguíneos, calor que se pierde después con mucha facilidad debido a la vasodilatación cutánea.

3. Evite los accidentes

El frío también aumenta el riesgo de accidentes, tanto dentro como fuera de casa.

Fuera de casa, la formación de placas de hielo puede producir caídas. Por ello hay que utilizar zapatos adecuados, resistentes al agua y con suela antideslizante para los días de lluvia o de nieve. Aunque es bueno mantenerse activo todo el año, si las condiciones meteorológicas son adversas (nieve, hielo, lluvia, vientos fuertes y fríos) hay que tener cuidado y, a veces, la mejor opción es no salir de casa.

En casa, el mal uso de braseros y de estufas de gas o leña conlleva riesgo de incendio y de intoxicación por monóxido de carbono. Revise periódicamente las estufas de gas y siga las recomendaciones de seguridad si usa un brasero. Si la casa dispone de chimenea, asegúrese de que el tiro está abierto y limpio. Para las personas mayores, sobre todo si viven solas o sufren alguna patología que las limite, el sistema de calefacción que conlleva menos riesgos es el radiador eléctrico.

4. Cuide de su salud

  • No olvide vacunarse contra la gripe cada año.
  • Ventile con moderación las habitaciones para evitar la acumulación de gases o humos. Cinco minutos son suficientes y las corrientes de aire, además de peligrosas para la salud, ¡también lo son para el bolsillo!
  • Las bajas temperaturas facilitan la aparición de enfermedades respiratorias (gripe, neumonías, bronquitis...), cardíacas (con el frío, los vasos sanguíneos se contraen y se ralentiza la circulación de la sangre, por lo que aumentan las posibilidades de sufrir un ictus o un infarto), los huesos... Esté atento a los síntomas para tratarlas antes de que se agraven.
  • Si dispone de servicio de teleasistencia, no se olvide de llevar el colgante: es la ayuda más rápida de la que puede disponer si se encuentra solo.
  • Mantenga el contacto con la familia y los amigos. ¡El frío no es excusa para no hablar con ellos a diario!