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Cómo elaboramos el duelo, estrategias para la esperanza

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La muerte de una persona querida es un momento difícil y muy estresante por el que todos pasamos algún día. Cuando esto sucede se inicia el proceso de duelo.

El duelo es un proceso de adaptación totalmente natural en que las personas intentan restablecer su equilibrio personal y aceptar y acostumbrarse a la pérdida y separación de una persona a la que se quería. También puede deberse a la pérdida de un objeto preciado, un trabajo, o la salud, como sucede en el caso de las personas mayores.

En esta entrada trataremos el duelo por la muerte de un ser querido.

Pérdida - Depresión - Proceso de elaboración - Resolución final

Tipos de duelo

El duelo es necesario y puede ser más o menos complicado dependiendo de factores como las circunstancias en las que se haya producido la muerte, la edad de la persona fallecida, si era una muerte esperada, los recursos de afrontamiento que se tengan, etc.

Habitualmente se distingue entre tres tipos de duelo:

  1. Duelo normal. Se produce una respuesta normal ante la pérdida y tiene unas características predecibles e identificables tanto en los síntomas como en su desarrollo.
  2. Duelo complicado. Las fases del duelo duran un poco más de lo que sería habitual.
  3. Duelo patológico. La persona se siente impotente ante el dolor de la pérdida y se rompe su equilibrio psicofísico. Puede tener una duración, secuelas y consecuencias imprevisibles.

Características del duelo normal

Conocer las manifestaciones del duelo es muy útil porque permite situarlas en un contexto de normalidad y facilita la comprensión del proceso.

Según W. Worten son:

Sensaciones físicas Sentimientos Conductas Pensamientos
  • Opresión en pecho y garganta
  • Sensación de vacío en el estómago
  • Hipersensibilidad al ruido
  • Falta de aire
  • Debilidad muscular
  • Falta de energía
  • Sequedad en la boca
  • Inapetencia
  • Alteraciones del sueño
  • Tristeza
  • Enfado
  • Culpa y autoreproche
  • Bloqueo
  • Ansiedad
  • Soledad
  • Fatiga
  • Impotencia
  • Anhelo
  • Emancipación
  • Alivio
  • Insensibilidad
  • Confusión
  • Soñar con el fallecido
  • Evitar recordatorios del fallecido
  • Suspirar
  • Llorar
  • Atesorar objetos de la persona fallecida
  • Buscar y llamar a la persona en voz alta
  • Incredulidad
  • Confusión
  • Preocupación
  • Alucinaciones breves y fugaces
  • Sentido de presencia

Fases del duelo

Algunos autores han establecido diferentes fases del proceso de duelo pero al tratarse de un proceso dinámico y muy personal no todo el mundo tiene porqué pasar por todas e incluso puede repetir alguna.




FASES MOMENTO Y/O DURACIÓN DESCRIPCIÓN
Duelo anticipado Antes de la muerte
  • Se produce cuando se diagnostica una enfermedad mortal.
  • Se caracteriza por un shock inicial y la negación de la muerte.
  • Puede ayudar a asimilar la pérdida.
Shock o duelo agudo Momento de la muerte. Dura horas o días.
  • Se caracteriza por el shock emocional.
  • Las personas que lo sufren se ven afectadas física, psicológica, espiritual y socialmente.
Duelo temprano Puede durar de unas semanas hasta los 3 meses
  • Después de un periodo en el que ha habido una actividad intensa (gestiones, tanatorio, etc) llega el momento de la confrontación con la pérdida.
  • Hay una pena y dolor intensos, negación, rabia, culpabilidad...
Duelo intermedio Puede durar entre unos meses y 1 o 2 años
  • Se toma verdadera conciencia de la realidad de la muerte.
  • Es tiempo de soledad, aislamiento y de una auténtica depresión que proviene del cansancio y emociones de los últimos meses. Progresivamente los períodos de normalidad se van haciendo mayores y los recuerdos son menos dolorosos.
Período de restablecimiento A partir de 1 o 2 años Surgen nuevos deseos, la depresión desaparece y se vuelve a vivir plenamente.

Recomendaciones para las personas dolientes

Las personas que están pasando por un proceso de duelo pueden adoptar algunas medidas para atenuar el dolor y el sufrimiento que provoca. Se trata de recomendaciones muy sencillas a tener en cuenta tanto por la persona en duelo como por aquellas que la acompañan:

  1. Buscar el apoyo de familiares y amigos. Durante el duelo hay momentos en los que la persona necesita estar sola o sentirse acompañada. Si se necesita compañía no hay que tener reparos en pedirla.
  2. Compartir la vivencia con la comunidad religiosa. Al dolor físico y psicológico de un duelo por muerte se añade el espiritual. Si se es creyente puede resultar de gran ayuda compartir los sentimientos, pensamientos y dudas que puedan surgir con nuestra comunidad pastoral.
  3. Darse permiso para vivir el duelo. Pero también es positivo marcarse pequeños objetivos y obligaciones para no aislarse e ir retomando la vida social.
  4. Darse permiso para vivir y sentir alegría. Es muy positivo retomar o empezar a hacer actividades que resulten placenteras, sin sentir culpabilidad.
  5. No tomar decisiones importantes en las fases más críticas del duelo. En el caso de que la toma de una decisión importante sea ineludible conviene pedir ayuda o consultar a personas de confianza.
  6. Cuidarse a uno mismo/a. Durante el duelo es muy importante cuidar la alimentación, hacer ejercicio, cuidar el aspecto físico, descansar adecuadamente y evitar el consumo de tóxicos (alcohol, tabaco, etc.).
  7. Permitirse recordar. Recordar es normal y sano, y también lo es que provoque alegría o tristeza.
  8. Salir al aire libre. Salir de casa y pasear al aire libre mejora la situación emocional, sobre todo en compañía de otras personas.
  9. No deshacerse de los objetos o recuerdos prematuramente. No conviene eliminar las cosas de la persona fallecida en un momento en el que no se piensa ni se siente con claridad.
  10. No abandonar la medicación. En el caso de tomar alguna, es importante no olvidarse de ella sobre todo en los ajetreados días posteriores a la muerte.

Recomendaciones para amigos y familiares

  1. Dedicar tiempo a la persona doliente y acompañar en el dolor.
  2. Comprender, escuchar y dejar hablar sobre lo mismo tantas veces como haga falta.
  3. Compartir los recuerdos de la persona fallecida con la persona en duelo.
  4. Permitir la expresión de todo tipo de sentimientos: tristeza, enfado, rabia...
  5. Permitir el llanto sin interrupciones.
  6. Respetar los momentos de soledad y acompañar a la persona cuando no quiera estar sola.
  7. Aceptar la forma en la que la persona vive el duelo, sin dar prisas.
  8. Ayudar en aquellas tareas que sean difíciles para la persona doliente.

También son útiles los grupos de duelo, que permiten compartir y expresar la vivencia con personas que están pasando o han pasado por la misma situación y con las que a veces es más fácil compartir pensamientos o sentimientos que no se quieren o no se pueden expresar delante de la familia o los amigos.

En nuestros centros sociosanitarios y centros de día, ofrecemos soporte psicológico a las personas mayores que conviven con nosotros y a sus familias, en el duelo por defunción y también para otros tipos de duelo como el relacionado con la pérdida de la salud.

También acompañamos a nuestros residentes y a sus familiares en la vertiente espiritual mediante nuestro servicio de atención espiritual y religiosa, respetando siempre los valores y creencias de cada persona.[:]