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El proceso de adaptación a la residencia

El proceso de adaptación a la residencia

Cuando envejecemos, nos cuesta cada vez más adaptarnos a las nuevas situaciones. Dejar el hogar para ir a vivir a una residencia es un cambio difícil, ya que para la persona mayor su casa y sus objetos personales son parte de su propia existencia y de sus recuerdos.

Por eso es muy importante la percepción que la persona tiene del hecho de marcharse de su casa para ir a vivir a una residencia para personas mayores. Si el cambio es voluntario, el residente se ha implicado en el proceso de decisión y lo percibe como algo positivo, esto contribuirá a que se encuentre con un buen estado de ánimo y facilitará el proceso de adaptación.

Pero en el proceso de adaptación a la residencia no solo es clave la actitud del residente hacia el cambio, sino también el papel de la familia y de los profesionales del centro.

Etapas del proceso de adaptación a la residencia

En el proceso de adaptación a la residencia distinguimos las siguientes etapas:

  • El preingreso. Es el contacto inicial entre el trabajador/a social de la residencia y el futuro residente y su familia. Esta toma de contacto se puede producir en el propio domicilio o, incluso mejor, en la residencia, para que la persona mayor vaya conociendo el lugar donde vivirá. Los objetivos del profesional en este primer encuentro son:
    • Conocer al futuro residente y a su familia.
    • Ofrecer toda la información necesaria para ayudar al residente a vivir el cambio de la manera menos traumática posible.
    • Obtener la información adecuada para planificar correctamente el ingreso.
  • El ingreso. El objetivo del día del ingreso es minimizar el efecto del cambio. La persona mayor está sufriendo un cambio brusco de vida, no conoce el entorno, no conoce a los demás residentes ni a las personas que le atenderán. Es muy importante el acompañamiento por parte de la familia y del profesional de la residencia que contactó con el residente durante el preingreso.
  • La adaptación. Habitualmente se considera que dura unos 90 días. Durante este tiempo:
  • El nuevo residente:
    • Aprende las características y el funcionamiento del centro.
    • Establece relaciones de convivencia con el resto de usuarios.

    Los profesionales del centro:

    • Conocen en profundidad a la persona.
    • Elaboran un Plan de Atención Personalizado.
  • La integración. Es la consecuencia de un proceso de adaptación satisfactorio. En estos momentos, el residente considera la residencia como un segundo hogar y ha creado nuevos vínculos sociales y afectivos con las personas que conviven con él en la residencia y con los profesionales del centro. Pasado el período de adaptación, el fisioterapeuta, la psicóloga, los enfermeros y el médico que atienden al residente se reúnen periódicamente para evaluar la integración del residente, así como su estado de salud y su estado de ánimo.