La autonomía de las personas con Alzheimer
Para ayudar al enfermo de Alzheimer, las actividades deben estar estructuradas y adaptadas. Se deben tener en cuenta siempre sus gustos, las habilidades y capacidades que aún mantiene y las aficiones e intereses que lo motivaban antes de tener la enfermedad. No es tan importante el éxito que obtenga en cada una como el sentimiento de realización personal que pueda lograr.
Recomendaciones generales
- No es aconsejable cambiar el estilo de vida que llevaban antes de la enfermedad: se trata más bien de hacerla más sencilla.
- Es muy útil adaptar el entorno a sus necesidades: procurar una buena iluminación, eliminar ruidos, evitar objetos y sustancias peligrosos,..
- Va bien estimularlos a menudo con mensajes cortos, sencillos, claros y repetitivos.
También podemos ayudar a hacer más comprensibles nuestros mensajes mediante gestos, tocándolos suavemente, hablándoles a la altura de los ojos y con un tono de voz adecuado. - Debemos agradecerles las cosas que hacen, no reñirles, no exigirles lo que no pueden hacer, planificar actividades útiles, no sobrecargarlos y realizar pausas para descansar.
- Es bueno dejar a los enfermos todo el tiempo que necesiten para que hagan las cosas por ellos mismos: animarlos si encuentran dificultades y, teniendo en cuenta que su ritmo es diferente, no precipitarnos nunca en solucionarles los problemas. Debemos ayudarles tan sólo si no pueden resolverlos.
- Es bueno mantener la rutina, el horario y el orden: es importante no cambiar de lugar las cosas que habitualmente usen, les ayudará a reducir los periodos de ansiedad.
- Debemos vigilar la adaptación correcta de la dentadura, las gafas, el audífono,... ya que las deficiencias sensoriales pueden reducir la percepción de los estímulos.
Dolors Pacheco Prat
Terapeuta ocupacional
Residencia Santa María del Tura