La reminiscencia
Es una manera de reflexionar sobre el pasado vital y establecer vínculos con el presente. Es una actividad, por lo tanto, que tiene que ver con la memoria, pero una memoria de aquello personal.
Para los profesionales, es un camino que nos permite conocer y valorar más bien a las personas que atendemos y, a su vez, una vía directa para el conocimiento histórico y cotidiano del pasado. Asimismo, consideramos que es positivo (sobretodo en los casos de demencia, para todas las emociones positivas que implica) que las personas de edad avanzada hagan inventario de su pasado y lo compartan con otros que son contemporáneos con ellos y con otros que no lo son tanto, y es una actividad con la que se suele disfrutar.
Sin embargo, a veces sentimos que nos cuesta hablar del pasado, porque la verbalización de los recuerdos es, en cierto modo, revivirlos y si las experiencias de alguien son muy negativas (o son consideradas altamente agobiantes para la persona) se intenta evitar hablar de ellas. Pero creemos que tanto los recuerdos felices como los tristes deben tener cabida en nuestra vida, ya que de todo se aprende y debemos aceptar la propia experiencia, porque tanto lo bueno como lo malo forma parte de nuestro ciclo vital y por lo tanto ha ayudado a formar la propia identidad.
Compartir con otros aquello que nos entristece es una de las mejores vías catárticas y una manera de reafirmar quiénes somos, y somos todo aquello que hemos vivido.
Mònica Garcia
Psicóloga del centro
Residencia Santa Maria del Tura